A principios de los 70’s los Rolling Stones cantaban con ese dejo de arrogancia y salvajismo que los caracteriza “es solo rock and roll, pero me gusta”. A casi cuarenta años de ese momento, el lema que Jagger y compañía repetían como un mantra en la canción homónima puede ser reinterpretado y ser aplicado al nuevo trabajo discográfico de Daddy Yankee: “no es solo reggaeton, pero me gusta”
Daddy Yankee Mundial, el esperado décimo álbum de estudio del cantante puertorriqueño, es ante todo un disco parejo. El Cangri y sus productores consiguieron crear una obra que combina los temas bailables y romanticones más efectivos, con pasajes de hip hop crudo y algún que otro desliz electrónico.
El disco abre "El Mejor de Todos los Tiempos", un tema donde Daddy rapea loas a si mismo sobre una interesante base electrónica. La intensidad sube con el track dos, "Descontrol", un reggaeton hiperdigital que tiene un estribillo infalible. Pero ahí hay que parar, porque llega la gran sorpresa del álbum: "Vida en la Noche". Yankee cambia de piel y se viste de clubber para interpretar un tema electrónico que nada tiene que ver con lo que venía haciendo hasta ahora. Un hit con todas la letras y un experimento que puede abrir nuevos caminos para el creador de “Gasolina”.
Entre el track 4 (“La Señal”) y el 11 (“Mintiendo con la Verdad”) se desarrolla el segmento que más disfrutarán los fans del reggaeton ortodoxo. Con excepción de “El Más Duro”, los temas respetan las convenciones del género. Pero lo verdaderamente interesante es lo que está por fuera de este terreno, cuando Daddy abre la paleta de sonidos y estilos. Hacia el final de la placa, El Cangri vuelve a alejarse de lo seguro y saca a relucir un rap bravucón que desborda testosterona, “Campeo a Mi Manera”, y el irresistible "Grito Mundial", un canto de espíritu futbolero que se sostiene en una base de batucada de reminiscencias cariocas.
Como no podía ser de otro modo, la producción es impecable. Aunque tanta máquina e imaginería de esta era de Pro Tools hace que, sobre todo en el encadenamiento de reggaetones que acapara la parte central del álbum, todo suene muy homogéneo (en la jerga del estudio de grabación la definición sería demasiado comprimido). En este sentido es que se destaca “Mintiendo con la Verdad”, donde el arreglo de acordeón y las percusiones logran que el tema en conjunto suene mucho más orgánico que muchos de los otros temas.
Daddy Yankee Mundial tiene material de sobra para convertirse en un éxito. Nadie puede dudar de que más de la mitad del álbum tiene destino de hit, pero lo que queda sobrevolando tras sucesivas escuchas del Cd es que el boricua tiene mucho más para dar y que este trabajo discográfico quizás sea el primer testimonio de una transición hacia un estilo más ecléctico.
Daddy Yankee Mundial, el esperado décimo álbum de estudio del cantante puertorriqueño, es ante todo un disco parejo. El Cangri y sus productores consiguieron crear una obra que combina los temas bailables y romanticones más efectivos, con pasajes de hip hop crudo y algún que otro desliz electrónico.
El disco abre "El Mejor de Todos los Tiempos", un tema donde Daddy rapea loas a si mismo sobre una interesante base electrónica. La intensidad sube con el track dos, "Descontrol", un reggaeton hiperdigital que tiene un estribillo infalible. Pero ahí hay que parar, porque llega la gran sorpresa del álbum: "Vida en la Noche". Yankee cambia de piel y se viste de clubber para interpretar un tema electrónico que nada tiene que ver con lo que venía haciendo hasta ahora. Un hit con todas la letras y un experimento que puede abrir nuevos caminos para el creador de “Gasolina”.
Entre el track 4 (“La Señal”) y el 11 (“Mintiendo con la Verdad”) se desarrolla el segmento que más disfrutarán los fans del reggaeton ortodoxo. Con excepción de “El Más Duro”, los temas respetan las convenciones del género. Pero lo verdaderamente interesante es lo que está por fuera de este terreno, cuando Daddy abre la paleta de sonidos y estilos. Hacia el final de la placa, El Cangri vuelve a alejarse de lo seguro y saca a relucir un rap bravucón que desborda testosterona, “Campeo a Mi Manera”, y el irresistible "Grito Mundial", un canto de espíritu futbolero que se sostiene en una base de batucada de reminiscencias cariocas.
Como no podía ser de otro modo, la producción es impecable. Aunque tanta máquina e imaginería de esta era de Pro Tools hace que, sobre todo en el encadenamiento de reggaetones que acapara la parte central del álbum, todo suene muy homogéneo (en la jerga del estudio de grabación la definición sería demasiado comprimido). En este sentido es que se destaca “Mintiendo con la Verdad”, donde el arreglo de acordeón y las percusiones logran que el tema en conjunto suene mucho más orgánico que muchos de los otros temas.
Daddy Yankee Mundial tiene material de sobra para convertirse en un éxito. Nadie puede dudar de que más de la mitad del álbum tiene destino de hit, pero lo que queda sobrevolando tras sucesivas escuchas del Cd es que el boricua tiene mucho más para dar y que este trabajo discográfico quizás sea el primer testimonio de una transición hacia un estilo más ecléctico.
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