Fueron casi cuatro horas de espectáculo, pero solo una y media de Daddy. Cientos de fanáticos del boricua acudieron al “llamado de emergencia” del boricua, para presenciar el mejor show “libra por libra”. Pasadas las 8:00 p.m., reguetoneros de la localidad abrieron el espectáculo. El primero en salir al escenario fue Comando Tiburón, luego le siguieron Nando Boom, Saiko y Nigga, quien al interpretar “Baby te quiero”, fue acompañado a coro por un público en calentamiento. A eso de la 10:30 p.m. por fin llegó el momento esperado: el show del “Cangri”. La euforia se apoderó del auditorio, se olvidaron los malos ratos a la entrada, las falsificaciones de boletos y la larga espera. La adrenalina subió cuando al son de “Somos de calle” salió al escenario Daddy Yankee, vestido con un atuendo en negro y un guante en su mano izquierda, arrancando gritos y aplausos.
Luego continuó con Pose, para hacer un breake y decirle a las personas: “este concierto se lo dedico a un pequeñito de nombre Joshua que conocí hoy”. Gestos como ese dejan de lado la percepción de las influencias negativas del género musical que atrae a la juventud. Precisamente por eso es que Daddy Yankee muestra su interés en apoyar a la población infantil de su natal Puerto Rico y de República Dominicana. Esto lo reafirmó en una entrevista con Ego, previo al concierto. “Mi meta es expandir la Fundación Corazón Guerrero y el comedor infantil Daddy Yankee House” (La casa de Daddy). Y que no se detengan”. La presentación del boricua llenó las expectativas de su público que lo acompañó y superó cualquier contratiempo vivido
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